No quiero que me malinterpreten, Modigliani no es un ejemplo artístico a seguir por mí, más bien es un rival ideológico si es que hablamos de arte, personalmente creo que él fue uno de los tantos contribuyentes a que la pintura tomara por caminos muy lejanos a los de la sana belleza y estética que había tenido en tiempos pasados. Sin embargo aun así admiro a Modigliani en el único hecho de que él supo no enmarcarse dentro de ninguna de las tendencias de la época a pesar de que eso le costó hambre, y no se doblego ante la tendencia dominante ni vendió sus obras al vil metal como muchos lo hacen ahora (aunque ahora también se venden al vil facilismo, a la ley del menor esfuerzo y al escape que la abstracción ofrece contra la falta de capacidad que en tiempos de Da Vinci, por ejemplo, habría dejado a un aspirante a artista fuera de juego). Su actitud de defensa y lucha fue loable, aunque no lo fuera su arte para su tiempo, ni para mí ahora.
Pero Insisto en que lo que me atrapó fue su relación con Jeanne, una locura sentimental desde el comienzo hasta el final, construida como una tragedia, y que finalmente terminó, como en las mejores páginas de la lirica, con la muerte de ambos.
Mirando aquel famoso retrato que Modigliani hizo de Jeanne es que empecé a trazar un camino para reconstruir gráficamente la historia.
Por el estilo de Modigliani es imposible saber solo a través de sus cuadros lo que realmente vieron sus ojos. Una extraña manía dentro suyo tergiversaba la realidad en ojos almendrados rostros afilados y cuellos largos, por qué no lo sé, pero si sé que aun esa tergiversación fue útil en cierto modo para que sumado a los datos históricos y gráficos que quedaron de Jeanne, pudiera con mis lápices de color formar la imagen definitiva de lo que con bastante certeza vieron los ojos de Modigliani aquel día realmente.
Supe que él respetaba los colores originales, y que también respetaba más o menos bien el diseño de la ropa de sus retratados. Las fotografías de principio de siglo que encontré de Jeanne eran obviamente bastante elocuentes en cuanto a su aspecto físico general pero no en cuanto al color. Debo decir también que causa una sensación muy extraña retratar a una persona que uno sabe que lleva casi un siglo muerta, se parece a esas historias de casas antiguas con leyendas tormentosas donde se dice que las almas en pena de aquella casa aun deambulan por sus pasillos y donde uno puede hallar en la sala fotografías antiguas de quienes fueron los protagonistas y habitantes de dicho lugar.
Para armar la ventana al pasado fue necesario sumar las dos visiones, la visión que Modigliani tenía de su mujer, y la visión que la realidad mostraba respecto de ella. La realidad muestra a esa mujer cuyo mundo interior era un trágico misterio, que jamás nadie vio sonreír, pero solo en las pinturas que quedaron de ella está plasmada la atmosfera de su vida. Esto fue, probablemente lo que Modigliani vio:
Jeanne Hébuterne. Versión: El loco. Año: 2009 |
Jeanne Hébuterne. Version: Amadeo Modigliani Año 1918 |
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